Inertes, expectantes, con ese misterio que las envuelve encontramos a las Gargolas.
Vigilantes atemporales, emanando desde su petrea alma mil sensaciones.
Pequeñas atalayas de bellos templos. Ni una sola de ellas , semejante a otra, unas con un fisico terrible y amenazador, otras con un punto de ironia, de burla.
Porque eso eran las Gargolas en principio, guerreros... guardianes que con su presencia intentaban alejar de los lugares sagrados al Maligno...luego vendrian sus leyendas, ...pero eso es otra historia...
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