jueves, 16 de septiembre de 2010

Nuestra madre Tierra...



Mi pobre tierra,enloquecida y cambiante. Ella que parecia estar agena al mundo que en su interior hervia durante millones de años. Ella que parecia poseer el antidoto contra esa maldad inherente al ser humano. Ella que durante todo esa eternidad, parecia ser simplemente, una mera expectadora de los sucesos que acontecian, provocados por sus moradores...guerras, matanzas, genocidios. Ella se engañaba a si misma, pensando que ese ser llamado humano, arrollaba a sus semejantes, llegando a autodestruirse...pero que solo era eso.
Tal vez en ese orgullo nacido de su perfeccion,cegaba, a nuestra Gran madre la Tierra, para no veer la autentica realidad. Ese hombre, ese ser llamado animal racional, no solo destruia a sus semejantes y a si mismo, ese ser, estaba fraguando desde el principio de los tiempos algo terrible, algo impensable, la aniquilacion de su propio habitad, la destruccion paulatina de su autentico hogar y cobijo, ese que le vio nacer, le acuno en soledas mañanas y le hizo dormir durantes noches tranquilas y apacibles.
Porque la Tierra era asi dulce y apacible, habia tenido que parir mil cambios hasta llegar a eso, para adquirir una belleza extrema. Y asi el hombre que todos conocemos gozo de esa belleza, pero quiso como siempre ser el dominador de todo lo que le rodeaba y asi con su capricho y su necedad, poco a poco se convirtio en lo que es, ese tacito asesino, que acabara con su unico tesoro el de ese hermoso Planeta llamado Tierra.