

Pasillos interminables, puertas de hierro con cerraduras imposibles de abrir, en ellos pequeñas aberturas protegidas por rejas...dentro celdas con lo que queda de ellas...una cama cuyo esqueleto de metal nos hace sobrecoger. La luz entra por la ventana o lo que queda de ella, ya no hay cristales y los montantes de madera estan rotos y esparcidos por el suelo de la estancia, solo queda en ese lugar fuerte y amenazadora una gruesa verja que separa ese mundo de la locura, del otro mundo tal vez algo demente tambien, pero en la sombra.
Cuantos de estos lugares poseen sordidas historias, de un pasado terrible, donde el loco perdia, por solo serlo, el valor de ser humano.
Esas moles de piedra que encierran tras sus muros, todo ese pasado, parecen no querer caer y protegen en el interior de sus entrañas, el lado mas tenebroso de su pasado...
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