jueves, 16 de julio de 2009

Devorados...





Devorados, por el fuego, por la nieve, por el simple paso del tiempo o por la maquina demoledora del hombre...
Abandonados, mirandonos con sus ojos inexistentes, llenos de anhelos, de tristeza, de esperanza perdida, con la dejadez en que se encuentran.
Inmersos en el silencio que les envuelve. Fueron lo que fueron, son lo que son... lugares que poco a poco acaban siendo devorados...

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